Perdóname, Señor de los Milagros, pero esta vez no cuentes conmigo para celebrar tu fiesta. Durante los últimos años he buscado aclimatarme a la feligresía que en cada octubre te sigue y acompaña, pero he trastabillado ruidosamente en ese noble intento.
Para empezar, no he podido hacer míos los diversos símbolos con que el pueblo te rinde adoración, y paso a contarte por qué. El color morado, Señor, es absolutamente deprimente: es el color de los golpes, el color de los ahogados, el color con que nos ensucian el dedo en cada votación electoral, y es, por cierto, el color de la mazamorra, cuya existencia odio porque de niño comiendo una me tragué un guindón y quedé traumatizado.
En segundo lugar, Señor, el turrón. No puedo con el turrón. Es una roca, una piedra disfrazada de caramelo. Además, las multicolores bolitas de Doña Pepa son una trampa, un viaje directo al sillón del dentista. Las caries que he tenido que soportar, Señor, por comerme ese bendito ladrillo apelmazado. Pero no solo eso. Está también el tema del incienso. Como sabes, sufro de bronquitis y esos perfumes que esparcen las sahumadoras me congestionan rápidamente los alicaídos pulmones. Además, soy neurótico, claustrofóbico y no tolero las aglomeraciones. Más de una vez he tenido que escapar de esas peregrinaciones multitudinarias donde la gente –como en un pogo religioso– parece divertirse asfixiándose en tu nombre.
Si por los menos pudiera cargar el anda, Señor, pero ni eso: para ser cargador tienes que poseer una complexión alta, forzuda, y digamos que corro en anatómica desventaja.
Por último, Nazareno, me irrita que se te asocie con el equipo de Alianza Lima. Eso no es democrático: no se ve bien, crea un sesgo. Soy un impenitente hincha de la ‘U’ (igual que Vargas Llosa), y entenderás que esa discrepancia no la veo subsanable.
Expuestas mis disconformidades, concluyo en que quizá lo más justo para ambos sea que tú busques a otro feligrés para tus filas, y yo me vaya –con mis fobias, mi asma y mi camiseta crema– bien lejos de las agitadas fronteras de tu Reino.
Lunes 17 - Diario 16
No puedo creerlo, es algo ilógico que tu fe no pueda pasar fronteras, porque Dios es grande pero mi fe lo es más ... y esos obstaculos son NADA ante mi fe por el Señor... pero está en cada uno, en los valores inculcados, en la casa... en ti.
ResponderEliminarPido al señor por ti, en este mes ... su mes, pido que personas como tú, personas que quizá lo homenajeen pero que no esten dispuestos a sobrepasar ciertos limites por la fe, por ti, hoy yo pido, pido que el señor derrame en ti su bendición, su gozo y dicha. Por tu familia y por todos los tuyos... Gloria a Dios Señor.
Cabe resaltar que no esta dirigida hacia la fe catolica , es solo las cosas de infancia que pasan en Octubre y el aprovechamiento de los comerciantes y vendedores de la celebración del mes morado.
ResponderEliminarhahhahaa... creo que Dios ya a tomar muy en cuenta tus fobias, trumas y limitaciones cuando quieras entrar en el reino... tal vez te prefiera algo hot para ti :D
ResponderEliminarañucina que en una procesión del Señor d los Milagros..hubo un temblor, y yo no sabía como irem de ahí xk había mucha gente..u.u
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